Tarifazo y gasolinazo, la doble moral.

Con absoluta inmoralidad los medios internacionales y los opinadores tarifados (habladores de gamelote de la extrema derecha), son absolutamente sagaces y crudos para criticar a diario cualquier actuación o política social que emprendan los gobiernos de izquierda de América Latina. Descargan millones de bytes por las redes sociales, rasgándose las vestiduras ante cada estornudo. Sin embargo, esta misma gente hace un asombroso mutis cuando son los gobiernos de extrema derecha los que hacen barbaridades o ejecutan medidas neoliberales en contra de sus pueblos. La sutileza y blandenguería con que son tratados gobiernos como los de la Alianza del Pacífico es más que pasmosa y revela el doble rasero que se aplica.

Los atorrantes de la MUD

El desespero de la derecha atorrante por salir del Presidente de la República los ha llevado al completo desquicio. No caben todos juntos en el manicomio. Y es que desde hace rato perdieron la perspectiva, perdieron la brújula, la calle y el olfato político. La nefasta tozudez con que han guiado sus pasos, llenos de soberbia y torpeza, los ha alejado de la masa opositora, que defraudada masculla docenas de improperios en su contra, principalmente por la bajeza de los liderazgos presentes en esta degenerada dirigencia.

El efecto Snowden

El mayor mérito que han logrado Snowden, Assange y Wikileaks, con la impresionante publicación de millones de documentos “secretos” de los organismos de inteligencia del más nefasto imperio que haya existido en toda la historia de la humanidad, es que a la opinión pública mundial ya no le quedan dudas de la recurrente actuación forajida, criminal, perversa y dolosa del gobierno de Estados Unidos. Estamos frente a una flagrante violación de los derechos fundamentales de millones de ciudadanos (estadounidenses y extranjeros), gobiernos (aliados y enemigos), organismos internacionales (como la propia ONU) y hasta empresas y corporaciones a escala mundial.

El inmaculado diputado Borges

Por fin la macolla de la MUD, la adeca principalmente, dejó cancha para que los despechados y trasnochados de Primero Justicia accedan a la Presidencia de la Asamblea Nacional, de acuerdo al método original que habían establecido de que el partido con mayor número de votos, encabezara la presidencia, para luego rotarse al inicio de cada año.